La propagación del COVID-19 y el rastreo de los contactos requiere de una profunda reflexión. En una revisión de Muge Cevik y colaboradores describen las dinámicas con mayor riesgo de transmisión del SARS-CoV-2. Se pueden resumir en cuatro categorías: patrón de contacto, medio ambiente, factores del huésped y factores socioeconómicos.
Patrón de contacto:
Medio ambiente:
Factores del huésped:
Factores socioeconómicos:
Sin dudas, el reto actual es disminuir la transmisión del virus y retomar las actividades económicas y sociales. Para ello hay que conocer cómo se transmite el virus y establecer una estrategia de rastreo de contactos efectiva.
En varias publicaciones se reconocen grandes brotes originados en entornos cerrados y muy concurridos por un caso índice supercontagioso. De hecho, se estima que el 19 % de los infectados originan el 80 % de la transmisión. Mientas que el 69 % de los infectados no transmiten la infección a otros.
Evidentemente, algunos individuos se comportan como supercontagiadores o superemisores del virus, mientras que otros apenas transmiten la enfermedad. Obviamente, hay que dar prioridad a la identificación del caso índice supercontagioso. Para ello, hay que hacer un rastreo retrospectivo de contactos (hacia atrás). El siguiente paso sería el rastreo prospectivo de los contactos recientes directos (hacia delante).
Las horas previas al comienzo de los síntomas la carga viral es máxima (más de 700 millones de copias/ml). Situación que puede dar lugar a un sujeto supercontagioso sin síntomas, es decir, un transmisor silencioso.
Fuente: José Antonio Gelpi Méndez | Director de Divulgación Médica en Cualtis